25 de julio del 2009
¡Bendíceme Divino Niño Jesús!
Y ruega por mi sin cesar.
Aleja de mí, hoy y siempre el pecado.
Si tropiezo, tiende tú mano hacia mí.
Si cien veces caigo, cien veces levántame.
Si yo te olvido, tú no te olvides de mí.
Si me dejas Divino Niño, ¿Que será de mí?
En los peligros del mundo, asísteme.
Quiero vivir y morir bajo tu mano.
Quiero que mi vida te haga sonreír.
Mírame con compasión, ¡No me dejes Jesús mío!
Y, al final, sal a recibirme y llévame junto a Ti.
Tu bendición me acompañe hoy y siempre.
Amén. Aleluya.
GLORIA AL PADRE...